Según un relevamiento de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), el 18% de los comercios debieron cerrar desde que se inició la pandemia, sobre un total de 110.000 ubicados en centros comerciales barriales.
A nivel comercial, la pandemia de coronavirus no distingue barrios ni localidades. Según operadores inmobiliarios y representantes del sector, en las últimas semanas está creciendo la cantidad de locales cerrados en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Gastronomía e indumentaria son los rubros más afectados, que no alcanzan a cubrir los costos
En los últimos días hubo varias postales de locales comerciales cerrados definitivamente en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano, en zonas antes inimaginables, como el barrio de Palermo, la intersección de las avenidas Santa Fe y Callao o San Isidro. En líneas generales, los rubros más afectados son los locales gastronómicos y los de indumentaria y calzado, que no llegan a vender un 25% de lo que facturaban antes de la cuarentena por el Covid -19 y no pueden hacer frente a los costos para seguir abiertos, más allá de que puedan renegociar el alquiler.
Fuentes del sector inmobiliario dicen que es difícil determinar la vacancia en este contexto, pero los corredores admiten que reciben más llaves de locales que quedan vacíos que en igual período del año pasado. Según un relevamiento de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), el 18% de los comercios debieron cerrar desde que se inició la pandemia, sobre un total de 110.000 ubicados en centros comerciales barriales.
En el gobierno porteño dijeron que están “trabajando en un diagnóstico para saber la cantidad de negocios que no abrieron tras la flexibilización de la cuarentena”. De todos modos, según sus estimaciones, de los 140.000 comercios que tienen contabilizados ya habrían abierto 120.000, mientras que los 20.000 restantes se dividen entre los 10.000 que están restringidos por encontrarse en grandes centros comerciales y los 10.000 que se encuentran en shoppings o son gimnasios, peluquerías, lavaderos u hoteles y aún tienen prohibido reabrir.
“Consideramos que habrá mayor claridad recién en los meses siguientes a la futura apertura, cuando se pueda medir el impacto en los locales desocupados y los que se vuelquen nuevamente al mercado. Al momento, la mayoría de grandes inquilinos han estado renegociando contratos según el grado de afectación al negocio”, explicó, por su parte, Lucas Desalvo, gerente de Investigación de Mercado de Cushman & Wakefield.
En este sentido, Antonio Ginevra, presidente de Aranalfe SA, dijo, que apenas comenzó la cuarentena los contratos de alquiler se renegociaron con quitas del 50%, pero por la baja facturación de los locales –que están vendiendo un 15 o 20% de lo que vendían antes–, algunos entregan la llave. “Estamos tratando de agotar todas las instancias para que los inquilinos se queden, pero estamos recibiendo un 40% más de llaves que las que solíamos recibir a esta altura del año, en la que no se vencen muchos contratos porque estamos a mitad de temporada”, detalló.
Por otro lado, Damián Baigun, encargado de la parte comercial de Baigun Operaciones Inmobiliarias, dijo que los locales que están abiertos siguen pagando el alquiler sin aumentos hasta septiembre, mientras que los que no pueden funcionar en general pagan un 50%, si bien hay distintos arreglos dependiendo de la actividad y la capacidad del propietario. “Hay actividades más golpeadas que otras, pero sí hay más gente entregando llaves, aunque no es una deserción total. Nosotros administramos 500 propiedades, y mientras el 90% de los alquileres de vivienda se pagan en tiempo y forma, en locales comerciales el porcentaje bajó al 50%, lo cual indica que hay que negociar valores tratando de mantener a las partes conformes”, ejemplificó.
Esta situación se extendería en los próximos meses, apunta Marcelo Zuliani, director comercial de Colliers International. “Los locatarios quieren arreglar valores para los próximos meses o hasta fin de año con quitas proporcionales para acompañar la situación, porque no van a recuperar la facturación que tenían pre-Covid. Hay grandes compañías, que son grandes locatarios, pensando que el año que viene van a vender un 30% de lo que vendían en 2019 o a principios de 2020 por más que haya un rebote inicial de la economía”, vaticinó.
Sin embargo, también aparecen nuevas demandas. Según Ginevra, se empezó a notar un leve repunte de pedidos de locales de menos de 100 m2 por parte de empresas del rubro alimentario o de delivery y de locales retirados de centros comerciales donde se puedan poner un depósito, oficinas o un punto de pick up.
En la misma línea, Baigun dijo que hay actividades que abren locales, como carnicerías, verdulerías, fiambrerías, cadenas de quioscos, dietéticas, casas de cambio, y que las buenas ubicaciones seguirán teniendo demanda.
Por último, Jorge Gayoso, broker de la división Locales de LJ Ramos, señaló que, mientras algunos locales cierran, hay búsquedas de otros rubros que “están en la cresta de la ola dentro de esta paupérrima situación”, como farmacias, supermercados y locales de cercanía que quieren mejores ubicaciones para estar bien preparados para cuando todo se reactive.